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07/10/2023

Carta Pastoral: Jornada por el Trabajo Decente 2023


Carta Pastoral con motivo de la
Jornada por el Trabajo Decente 2023

 

El próximo 7 de octubre, celebraremos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, bajo el lema “Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable”.

Trabajo decente o digno se refiere a la idea de que cada persona debe tener la oportunidad de trabajar en condiciones que respeten sus derechos fundamentales como ser humano. Hay que recordar que el trabajo es una parte fundamental de la vida de la mayoría de las personas. A través del trabajo, como tantas veces nos recuerda el Papa Francisco, expresamos nuestra dignidad como seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios. Sin embargo, en muchas partes del mundo, las condiciones laborales son precarias, los salarios son insuficientes para cubrir las necesidades básicas y la explotación laboral es una realidad dolorosa. En este contexto, quiero enfatizar la importancia de abogar por el trabajo decente y justo como una manifestación concreta de nuestro compromiso cristiano con la justicia y la solidaridad.

Trabajo digno implica un salario justo, condiciones laborales seguras y saludables, igualdad de oportunidades, respeto a la diversidad y la posibilidad de desarrollo personal y profesional. Además, el trabajo digno no solo beneficia a los trabajadores, sino que también contribuye al crecimiento sostenible de las empresas y la sociedad en su conjunto.

Siguiendo el lema de estas Jornadas del trabajo decente, quiero subrayar la necesidad de crear un trabajo saludable. Necesidad que se hace acuciante cuando observamos algunos datos de nuestra comunidad autónoma de Canarias donde se notificaron 26.620 accidentes de trabajo o la persistencia de las enfermedades profesionales, sobre todo en el sector servicio. Esta realidad nos obliga a despertar la conciencia social para promover el derecho a un empleo saludable.

Un trabajo saludable es aquel que proporciona un ambiente laboral que promueve y protege la salud física, mental y emocional de los trabajadores. Se caracteriza por condiciones laborales que minimizan los riesgos para la salud y el bienestar de los empleados, así como por prácticas que fomentan un equilibrio entre la vida laboral y personal. A este respecto la Encíclica “Laborem Exercens” del Papa San Juan Pablo II nos recuerda que el trabajo es una dimensión esencial de la vida humana y que debe ser valorado y protegido como un medio para la realización personal y el bienestar de la sociedad.

Como cristianos, estamos llamados a ser defensores de los derechos de los trabajadores y a trabajar en la construcción de una sociedad en la que el trabajo decente sea una realidad para todos.

El Papa Francisco en su encíclica “Fratelli Tutti”, también nos recuerda que somos hermanos y hermanas y que debemos trabajar juntos para crear una sociedad en la que todos tengan la oportunidad de vivir y trabajar con dignidad.

Como comunidad de fe, podemos contribuir de diversas formas en la promoción del trabajo saludable:

Mediante la Oración. Hay que pedir por todos aquellos que luchan por encontrar un trabajo decente y por aquellos que trabajan en condiciones injustas. Pidamos a Dios que ilumine a los líderes y legisladores para que promuevan políticas laborales justas.

Hay que educar a nuestra sociedad y a nuestros jóvenes fomentando en nuestra comunidad la conciencia sobre el trabajo decente a través de charlas, seminarios y reflexiones.

La opción de la Iglesia por un trabajo decente implica el apoyo de las iniciativas locales que promuevan el trabajo digno, como programas de empleo para personas en situación de vulnerabilidad y demandar un trabajo saludable mediante la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida en el trabajo. Así mismo pedimos a las instituciones y administraciones públicas un compromiso para la humanización del trabajo evitando la exclusión y la precariedad.

Hay que mostrar nuestra solidaridad con aquellos que enfrentan condiciones laborales injustas y buscar maneras de apoyarlos, ya sea a través de donaciones, voluntariado o apoyo emocional.

Tenemos que recordar siempre que todos estamos llamados a ser agentes de cambio promoviendo un trabajo decente y construyendo un mundo en el que cada persona pueda vivir con dignidad.

Pido la Intercesión de Nuestra Madre la Virgen María, en su Advocación de Ntra. Sra. del Pino, para que nos ayude y aliente en el compromiso por la búsqueda del Trabajo Decente.

Que el Señor nos guíe en este camino de justicia y solidaridad en el ámbito laboral.

Saludo atentamente

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